27 de julio de 2024

Diario Colonia Elisa

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La Shoáh y Palestina; el RIGI y la Patria

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Como en el clásico teatral del siglo pasado, la República Argentina se estremece estos días esperando la carroza, que es la espera de la muerte o acaso la resurrección de las cenizas.

Ese viejo dilema parece renovarse ahora en un contexto atroz en el que mientras el planeta entero parece suicidarse sin prisa pero sin pausa, este país que la inmensa mayoría de l@s argentinos amamos se debate en medio de horribles vientos y funestos presagios que nos afectan, acosan y desesperan. Y no sólo aquí, porque la descomposición es mundial, pero también aquí.

Como denunció la semana pasada la directora de UNICEF, Catherine Russell, hay en Palestina 600.000 niños en Rafah, al sur de Gaza, y todos heridos, enfermos o desnutridos mientras gran parte de la población es obligada por el ejército israelí a desplazarse hacia el Sur, donde según esa alta funcionaria «en más de 200 días de guerra ya se ha matado y mutilado a decenas de miles de niños».

La comparación no es perfecta, está claro, pero tampoco es ociosa.

El genocidio contra el pueblo palestino es doblemente horroroso porque –aunque parezca increíble- lo deciden y ejecutan judíos cuyos padres y abuelos judíos ya padecieron la Shoáh y los horrores del nazismo. Lo que es un verdadero absurdo mundial de imposible razonamiento y justificación y que no admite absolutamente ninguna excusa ni supuesta razón.

En ese contexto planetario, el actual gobierno argentino se muestra cada vez más violento, chocante e irracional, convertido verdaderamente en una «libertad que avanza», pero para quebrar la ardua convivencia democrática en una república agobiada y empobrecida que lleva años, décadas, soportando formas criollas de violencia política letal y silenciada, por lo menos desde el primer acto de brutalidad antipopular: los imperdonables bombardeos aéreos de Junio de 1955.

Aprovechándose de su triunfo electoral de diciembre, que fue consagratorio pero también merecido castigo a necedades y soberbias de gobiernos peronistas que no dejaron de mirarse el ombligo mientras se degradaba la democracia –todo sea dicho–, el actual presidente abusa de todo tipo de engaños, mentiras y manifestaciones circenses, día a día y hora tras hora, perfeccionándose en farsas y provocaciones, amenazas y estupideces que no sólo lo degradan a él sino que ofenden a todo el pueblo de esta república.

Y presidente, además, que para colmo ahora y en plan de autoritarismo consagratorio, no tiene mejor idea que intentar constituirse en dictadorzuelo si acaso el Senado llega a aprobarle los autodesignados RIGI y LEY BASES, que no son otra cosa que la conjunción de factores malandras –para decirlo en lunfardo– que ya están destruyendo el trabajo, la convivencia, la educación, la ciencia, la técnica, la cultura, la previsión social, la salud, el puchero y todo lo bueno de la fatigosa construcción democrática argentina de los últimos 40 años.

Pichón de dictador, con su constante práctica de odio y rencor por vaya a saberse qué traumas juveniles que parece arrastrar, en el mejor de los casos se diría que este hombre está loco como un cabra y hasta podría parecer un locolindo pero siniestro. Pero no es ningún locolindo porque es presumible que en algún lugar de su corazón, si en efecto lo tiene, algunas culpas y pesadillas ha de tener, aunque sea para justificar ante millones que, como en el tango, «el malevaje extrañáo lo mira sin comprender».

Lo cierto es que esta misma semana, tres días después de estas reflexiones, se jugará la vida de la Patria en manos de un Senado rantifuso y desconfiable, porque la democracia argentina se estropeó nomás con tanta sanata al cuete y a tanta guita por voto. Al punto que todo indica que este miércoles radichas y perucas, y gobernadores y cipayos, podrían ser capaces de terminar con lo poco bueno que les quede de razón y patriotismo.

No por nada en el Congreso hoy parecen predominar el mercadeo inmoral de a tres por provincia y la sinvergüencería del mercadeo más cretino. De ahí el extravío de toda razón y justicia mientras el loco vomita perversiones por la boca, que pareciera que es su único instrumento de mando.

Pobre Patria la nuestra si los peronistas y radicales que quedan en el Senado votan esta infame traición llamadas RIGI, Ley Bases o como el Diablo quiera. Pobre Patria si termina dependiendo de los PRO y los Juntos x cambiatutti. Pobre Patria por depender, tan indefensa, de por lo menos 20 gobernadores acipayados, confundidos como turco en la neblina y capaces de entregar a ésta, nuestra casa amada, a los buitres del planeta que ya se andan relamiendo con quedarse con todas nuestras riquezas y para siempre.

Ese loco lo hizo. Lo está haciendo. Pero lo más grave es que dependemos, esta semana decisiva, de senadores y senadoras que no son fija y podrían vender YPF y todo el océano de petróleo que es nuestro subsuelo continental y antártico. Igual que Aerolíneas Argentinas, eficientísima compañía aérea que da ganancias y es nuestra bandera en el mundo. Y también, si se les da, todo el universo natural argentino: el litio, el oro, el cobre, el uranio y las aguas que son otro tesoro del que la naturaleza nos dotó. Y también destruirán cualquier industria con la estúpida complicidad de la gran mayoría de empresarios nacionales que todavía quedan pero que son en general tan gorilas y necios que no se dan o no se quieren dar cuenta y están creyendo en milagros. Y ni se abunde más en todo lo que componen el cretino rigi y la infame ley bases que ni mayúsculas merecen.

Y todo sin vergüenza. A menos que un milagro los haga sentir alguna culpa, sentimiento dudoso y no esperable de este Senado, en opinión de esta columna.

Puede afirmarse, sin dudas, que desde la primera sesión de la Cámara de Senadores el 29 de julio de 1854, nunca fue tan decisivo y trascendental el comportamiento de los representantes del federalismo argentino, esas teóricamente representativas 72 personas a las que el pueblo en todos los puntos y confines de la Patria –esta columna no lo duda– ve con maciza desconfianza.

Esta semana se sabrá cómo se reparten los porotos. Pero también si Patria o Colonia. @ 

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