14 de noviembre de 2024

Diario Colonia Elisa

Toda la información al instante.

A 40 años del descubrimiento del VIH, ¿por qué no existe todavía la cura?

Compartir este contenido
La mdica Natalia Laufer y la biloga Gabriela Turk fueron las cientficas que investigaron el caso de la paciente Esperanza un posible caso de cura erradicativa Foto Camila Godoy
La médica Natalia Laufer y la bióloga Gabriela Turk fueron las científicas que investigaron el caso de la paciente «Esperanza», un posible caso de «cura erradicativa» / Foto: Camila Godoy.

A 40 años de que se describiera por primera vez el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), las investigadoras Gabriela Turk y Natalia Laufer aseguraron que si bien se aprendió mucho de su estructura y comportamiento, algunas características como su capacidad de integrarse a las células y de mantenerse oculto, han hecho que todavía no se logre la «cura».

El 20 de mayo de 1983 un equipo de investigadores del Instituto Pasteur (París, Francia), dirigido por el profesor Luc Montagnier, describió en un artículo publicado en la revista estadounidense Science un nuevo tipo de virus responsable del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA).

«Lo que sucedió en esa publicación de Science es que se logró describir lo que nosotros llamamos el agente etiológico, es decir, el que causaba una enfermedad que se venía viendo desde principios de 1981 y que generaba una alteración en las defensas y predisponía a cuadros severos de infecciones que normalmente pasaban desapercibidas o eran sencillas», indicó a Télam la médica Natalia Laufer.

La especialista indicó que ese hallazgo «realmente fue un logro» porque en ese momento secuenciar un virus no era tan fácil como ahora.

Foto Camila Godoy
Foto: Camila Godoy.

Laufer y la bióloga Gabriela Turk -ambas del Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y SIDA (Inbirs)- fueron las científicas que investigaron el caso de la paciente «Esperanza», una argentina que tuvo VIH y a quien luego no se le encontró virus viable ni siquiera en los reservorios, lo que constituiría un posible caso de «cura erradicativa».

¿Por qué no existe la cura del VIH?

De qué se habla cuando se habla de cura, por qué todavía no se logra, qué se aprendió en estos 40 años del virus y cuáles son las asignaturas pendientes en términos científicos y biomédicos (más allá de lo social y cultural) son algunos de los temas que las reconocidas especialistas dialogaron con Télam.

– ¿Qué aprendimos sobre el virus en estos 40 años?
– Gabriela Turk: Aprendimos un montón respecto de su estructura, de cómo es su genoma, qué células puede infectar (porque las principales que infectan son los linfocitos T CD4 pero hoy sabemos que también puede estar en células dendríticas o macrófagos). Y una de las características más importantes que aprendimos es que el virus se las arregla para persistir en el organismo; a pesar de que hoy tenemos tratamientos súper efectivos que impiden que el virus se siga replicando, pero aún así no logran eliminarlo por completo.

– ¿Por qué pasa eso?
– GT: Porque se «esconde» en reservorios, que son todas aquellas células en las que el virus se integra y permanece como dormido o silenciado; ese virus puede estar entero o faltarle un pedazo, puede estar en distintas partes del genoma de la célula. Entonces cuando hablamos de reservorio es algo súper heterogéneo.Hay estrategias de cura que tratan de reactivar este virus, de hacerlo salir del escondite, para después eliminarlo; pero tal vez se puede reactivar en un porcentaje de células del reservorio pero no en otras; para reactivar todas las células o tratar de eliminar todo el reservorio se necesitarían un montón estrategias combinadas y eso es lo que todavía no se ha logrado.

Foto Camila Godoy
Foto: Camila Godoy.

– ¿Eso sería la «cura»?
– Natalia Laufer: Sin dudas que, si se lograra sacar todo el virus del organismo, eso sería una cura, pero, para asegurarse de eso, se deberían analizar absolutamente todas las células del cuerpo, lo cual es imposible. Entonces hoy tenemos distintas definiciones de lo que llamamos cura respecto al VIH. Por un lado, está la denominada «cura erradicativa» que sería no encontrar en el organismo ningún vestigio de virus -ni siquiera en los reservorios- con capacidad de infectar otras células; éste es el caso de la paciente Esperanza por el momento, aunque sigue en estudio. Y lo otro es la «remisión», que es cuando quedan provirus (que es el nombre que se le da al virus cuando ya se integró a las células) con capacidad de replicar pero están totalmente silenciados.

– ¿Es el único virus que logra «esconderse»?
– NL: No, hay muchos. La hepatitis B también; de hecho, si uno tuvo hepatitis B, nunca más puede donar sangre; lo que pasa es que la hepatitis B llega a un estado de resolución, esto significa que el organismo genera anticuerpos que lo controlan y el virus no está activo replicándose, pero está dentro de los hepatocitos. Si la persona tiene que tomar drogas inmunosupresoras, se puede reactivar. Lo mismo sucede con el virus de la varicela, que también puede reactivarse; por eso, ahora está la vacuna del herpes zóster. La diferencia es que el VIH, si vos no le das un tratamiento activo, sigue generando daño. Sólo existe un pequeñísimo grupo de pacientes que lo controlan sin medicación, que son los «controladores de élite», y otro grupo muy chico que lo controlan luego de interrumpir el tratamiento (controladores post-tratamiento). Sin embargo, en la mayoría de las personas, una vez que suspenden el tratamiento, en un tiempo mayor o menor que dependerá de cuáles son los niveles de reservorios el virus comienza a replicarse y dañar.

Foto Camila Godoy
Foto: Camila Godoy.

– Si bien no se logró aún, en lo últimos años comenzó a hablarse de la cura.
– NL: Es cierto. Una de las curas que vimos fue a través del trasplante de células hematopoyéticas cuyo donante tenía una mutación especial que implicaba que no tenía el receptor que utiliza el VIH para entrar a las células. Por supuesto que esto como tratamiento generalizado es imposible, pero marcó un cambio de paradigma porque pasamos de decir ‘no tiene cura’ a pensar que quizás se podía empezar a plantear cómo podemos manejar estos reservorios, eliminarlos o tal vez silenciarlos.

– ¿Y por qué no se logró aún?
– GT: En la investigación biomédica uno hace una observación en el laboratorio, verifica que la estrategia funciona, por ejemplo, que tal droga puede bajar la replicación del virus, pero después cuando lo pasas a nivel organismo hay otras dificultades que tienen que ver con la interacción con otras células, las características de cada tejido. Entonces entre la investigación básica y el fármaco que llega al mercado hay un abismo.

– NL: Después hay que llegar a la investigación preclínica y hay muchos modelos animales, y ahí comienza otro tema ético. Por ejemplo, en los ratones el VIH no se replica, es decir, no se comporta como en el organismo humano, eso sólo lo hace en algunos primates no humanos. Entonces esos son los modelos animales que deberíamos utilizar y es complicado, pero a la vez si no se prueba en estos modelos ¿cómo se llega a las personas?. Bueno, son todas las dificultades en general del desarrollo de fármacos pero en VIH son un poco más complicadas. Muchas veces nos preguntan: «¿No hay cura porque hay intereses de los laboratorios?». Y una responde: seguramente algunos laboratorios tendrán prácticas que podemos discutir, pero en este caso la cura todavía no existe por todas estas complejidades que hablamos.

Logros y desafíos en las cuatro décadas del VIH

Pruebas de detección, tratamientos antirretrovirales cada vez más eficaces y seguros, y saber que si no se detecta carga viral la persona no lo transmite por vía sexual, son algunos de los logros de estas cuatro décadas del virus del VIH pero todavía queda pendiente el desarrollo de medicamentos que permitan la cura, vacunas y mejoras de las formulaciones pediátricas.

«Los avances que han habido en el mundo respecto al VIH son impresionantes: en 40 años se descubrió el virus, cómo diagnosticarlo y se desarrollaron antivirales que son altamente efectivos, evitan la replicación y que son cada vez menos tóxicos», dijo a Télam la médica Natalia Laufer, investigadora del Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y SIDA (Inbirs), de doble dependencia UBA-Conicet.

Y continuó: «También aprendimos que si bajamos la carga viral hasta quedar indetectable las personas pueden mantener relaciones sexuales sin transmitir la infección (Indetectable=Intransmisible) y nos dimos cuenta de que podemos utilizar dos drogas en lugar de tres en muchísimos casos, con algunas excepciones».

Por su parte, la bióloga Gabriela Turk, compañera de Laufer en el Inbirs, añadió que «también surgieron tratamientos de larga duración que se inyectan o aplican de manera subcutánea; aprendimos que además de la vía sexual también se transmite de forma vertical, es decir de madre a hijo, entonces rápidamente se diseñaron estrategias para evitar esa transmisión».

Entre esas estrategias se encuentra la profilaxis pos-exposición, que consiste en dar un tratamiento frente a una exposición accidental o al recién nacido de una mujer con VIH.

Otra estrategia que se comprobó que disminuye la posibilidad de infección es la profilaxis pre exposición (PrEP), indicada en contextos muy particulares para personas que están expuestas a situaciones de alto riesgo, lo que implica en general la toma en forma diaria de dos antivirales.

En referencia a los desafíos, Turk indicó que «otro tema pendiente es que todavía no hay una vacuna» y consignó que si bien hubo «un montón de Investigaciones y varios estudios que llegaron a fase tres, todos fallaron».

«En el SARS-CoV-2, en la influenza, en el neumococo, vos lo que querés evitar con la vacuna es el cuadro grave. Con VIH, en cambio, lo que hay que evitar es la infección porque una vez que se produce no hay vuelta atrás ya que a diferencia de lo que sucede con la gran mayoría de los virus una vez que ingresa se integra a las células (alojándose en los reservorios) y ya no lo podés sacar», sostuvo Laufer.

Y continuó: «Entonces habría que bloquearlo en la mucosa para que no ingrese o evitar que se vaya al ganglio linfático, y esto es súper complejo».

Por otro lado, el VIH es muy variable, va mutando mucho constantemente, mucho más que el SARS-CoV-2 (que causa Covid) por ejemplo, y eso hace que se escape a la respuesta inmune, explicaron.

Otro tema en debate es si la estrategia I=I, que funciona para la vía de transmisión sexual, puede aplicarse por ejemplo en la leche materna.

«Por el momento, en nuestro país la lactancia está contraindicada, pero si la persona quiere dar el pecho, desde el sistema de salud la acompañamos con los controles y las mejores estrategias que podamos», sostuvo Laufer.

Finalmente, otra asignatura pendiente es el desarrollo de mejores fármacos para la población pediátrica: «No hay formulaciones nuevas para los primeros años de vida y faltaría hacer que sean más amigables. Quizás ahí sí podemos marcar que como las poblaciones infantiles más afectadas son la de países con menos recursos no se invierte lo suficiente en investigación», concluyó.


source

Compartir este contenido