Tres personas fueron asesinadas en un lapso de tres horas en distintos ataques de sicarios cometidos en la ciudad de Rosario, que se suman a una balacera que en ese mismo tiempo se cometió contra la sede administrativa del Servicio Penitenciario local, atacada por séptima vez en los últimos años, informaron fuentes policiales.
Los tres homicidios, que hasta donde avanzaron las investigaciones no tienen relación entre sí, comparten la característica de ser ataques directos en los que no mediaron discusión entre los autores y las víctimas ni intento de robo, por lo que se vinculan a ajustes de cuentas posiblemente relacionados con el narcomenudeo.
En los primeros 18 días de mayo se registraron 20 homicidios en el Departamento Rosario, que en lo que va del año acumula 121 víctimas, detallaron fuentes oficiales.
Según el último informe del Observatorio de Seguridad Pública de Santa Fe, que abarca hasta fines de abril, 7 de cada 10 asesinatos ocurridos en el Gran Rosario “se inscriben en tramas asociadas a organizaciones criminales y/o economías ilegales”, guarismo que se reduce a tres de cada diez en la ciudad de Santa Fe, la capital provincial.
El mismo informe oficial reveló que casi el 70 por ciento de las muertes violentas registradas entre enero y abril en Rosario “se visualizó que la agresión que dio lugar a la muerte no fue espontánea, sino que tuvo un componente aunque sea mínimo de planificación”.
Uno de los homicidios ocurrió cerca de las 23.30 del miércoles y tuvo como víctima a un joven de 25 años, identificado como Carlos Emanuel Fernández, quien fue acribillado de seis balazos, la mayoría en el cráneo, cuando esperaba un remís en la esquina de las calles Caseros y Libertad, de la localidad de Villa Gobernador Gálvez, lindera al sur con Rosario.
Los investigadores policiales determinaron por declaraciones de familiares que Fernández se comunicó con la remisería «Talleres» para pedir un viaje, pero cuando estaba llegando el remís, aparecieron dos hombres que se movilizaban en una moto, quienes le dispararon y huyeron en dirección a un asentamiento lidero.
Los forenses determinaron que la víctima presentaba múltiples heridas de arma de fuego, cuatro de ellas en la cabeza, otra en el hombro izquierdo y la restante en la zona dorsal.
«Los tres homicidios, que hasta donde avanzaron las investigaciones no tienen relación entre sí, comparten la característica de ser ataques directos en los que no mediaron discusión entre los autores y las víctimas ni intento de robo, por lo que se vinculan a ajustes de cuentas posiblemente relacionados con el narcomenudeo»
Los primeros indicios relacionaron al hecho al chofer del remís que la víctima había solicitado, un hombre de 37 años que fue aprehendido, aunque más tarde fue liberado ya que no se encontraron elementos concretos para vincularlo al crimen, dijeron a esta agencia fuentes de la investigación.
Una hora antes, un hombre de 40 años llamado Miguel Ángel Moreira (40) fue asesinado de al menos nueve balazos y su hijastro de 14 años resultó herido cuando tres hombres armados irrumpieron en su casa situada sobre la calle Suecia al 200, en la localidad de Capitán Bermúdez, y abrieron fuego contra sus moradores.
Moreira, que era dueño de la vivienda, fue alcanzado por los disparos al igual que el hijo de su pareja de 14 años.
El menor presentaba una leve herida por roce de bala en el parietal derecho por lo que tras las curaciones recibió horas más tarde el alta médica, añadieron los informantes.
También en la noche del miércoles un joven de 20 años que trotaba por las calles de Rosario fue asesinado de al menos seis balazos por agresores que, antes de huir, dejaron un mensaje escrito amenazante dirigido a las mafias que operan en la ciudad.
El hecho se registró cerca de las 19.30, sobre la avenida de Circunvalación y calle Juan XXIII, del barrio Godoy y la víctima fue identificada por la policía como Nelson Vera Ramírez (20), quien al momento del crimen se hallaba junto a un familiar que resultó ileso.
Ramírez fue sorprendido por un auto Volkswagen Gol negro con vidrios polarizados que se le puso a la par y sus ocupantes primero lanzaron un papel y luego abrieron fuego, tras lo cual escaparon.
El muchacho cayó en el lugar y los médicos que llegaron para asistirlo constataron que presentaba al menos seis heridas de arma de fuego, que le causaron la muerte en el lugar.
En la escena del hecho, un tío del muchacho relató a la prensa local que su sobrino «había llegado hacía dos meses de Paraguay en busca de trabajo porque quería progresar».
«Venía a trotar con otro sobrino mío todos los días y le pasó esto, creo que se equivocaron. Le dispararon a quemarropa, sin decir palabra y tiraron una nota», añadió el pariente que no quiso identificarse por temor a represalias.
Paralelamente, también en la noche del miércoles, alrededor de las 21, se registró un nuevo ataque armado, el séptimo en los últimos tres años, a las oficinas administrativas del Servicio Penitenciario de Rosario.
El ataque se registró después de las 21 en la esquina de Pellegrini y Alsina, donde según los testigos se escucharon entre seis y siete disparos.
Los investigadores procuraban establecer si el hecho está relacionado con un operativo que se realizó a esa hora en esa zona, en el que fue detenido un hombre que se movilizaba a bordo de una moto con pedido de secuestro por robo.
Desde enero de 2020 hasta el presente, la oficina del Servicio Penitenciario sufrió siete balaceras: el 10 de enero de 2020; el 12 de octubre de 2020; el 22 de septiembre de 2021, el 24 de enero de 2022; el 10 de mayo de 2022; el 29 de diciembre de 2022 y este miércoles 17 de mayo de 2023, consignaron a Télam los informantes.
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