Por Agostina Gieco
En la miniserie Transatlántico se muestra cómo, al poco tiempo de haber estallado la Segunda Guerra Mundial, ya estaba la certeza de que las tropas nazis pondrían todos sus esfuerzos en erradicar a personas judías. En ese contexto, Mary Jayne Gold (Gillian Jacobs) y Varian Fry (Cory Michael Smith) son dos estadounidenses enviados a Marsella, territorio cada vez más ocupado por los alemanes. Su objetivo es ayudar a intelectuales refugiados y lograr que escapen de Europa hacia Estados Unidos.
Sin embargo, comienzan a vislumbrar que no iban a tener el apoyo necesario por parte de su país de origen, por lo cual deben encontrar otras vías posibles para cruzar fronteras. La producción, estrenada a mediados de abril y que cuenta sólo con siete episodios, está basada en parte de la historia real de aquellos protagonistas entre 1940 y 1941.
Adolf Hitler poseía una lista de personas a eliminar por considerarlas “impuras” o potencialmente peligrosas para el mantenimiento del orden social: judíos, por sobre todo, aunque además había gitanos, socialistas, comunistas y homosexuales. En contraposición, los estadounidenses también tenían en su poder un documento con nombres de aquellos y aquellas que buscaban salvar. Entre diversos artistas, académicos y pensadores, destacan Walter Benjamin (Moritz Bleibtreu), Marcel Duchamp (Ralph Martin), Max Ernst (Alexander Fehling), André Breton (Louis-Do de Lencquesaing), y Hannah Arendt (Alexa Karolinski).
De todas formas, Gold y Fry no se contentaron con dar ayuda únicamente a quienes estaban en esa lista, razón por la cual comenzaron a colaborar y a asociarse con otros miembros de la población refugiada en Francia. Los estadounidenses, por su parte, pertenecían al Comité de Rescate de Emergencia, organismo creado en 1940 en Nueva York cuyo principal objetivo era lograr que determinadas figuras de renombre dentro de los ámbitos académicos, que habían buscado refugio tras la invasión nazi, pudieran escapar.
Cabe destacar que, por aquella época, el norte de Francia ya había sido ocupado en forma directa por Alemania, mientras que en el Sur el poder absoluto fue otorgado al primer ministro francés Henri Philippe Petain. Éste instauró lo que se conoció como el “Régimen de Vichy” -nombre proveniente de la ciudad considerada la nueva capital del territorio aún no invadido-. Durante su mandato no sólo promulgó legislación antisemita, sino que colaboró de forma voluntaria deportando alrededor de 75.000 refugiados -de los cuales sobrevivieron menos de dos mil-, y arrestando judíos y judías en campos de concentración franceses.
Creada por Anna Winger, recordada por Poco ortodoxa, la miniserie está basada en la novela “El portafolio” escrita por Julie Orringer, que a su vez traslada a la literatura parte de los sucesos reales, haciendo foco en Fry. Lo cierto es que más de 2000 judíos y judías salvaron sus vidas gracias al accionar de los protagonistas, con la gran colaboración del economista alemán Albert Hirschman -quien había participado de la guerra civil española en el bando republicano y contra las fuerzas fascistas en la Italia de Mussolini- y la húngara Lisa Fittko.
Uno de los puntos fuertes de la producción es la manera en que, a través de las conversaciones entre personajes, se descubren las diversas aristas que cada cual considera relevante para sus intereses o motivaciones personales. Desde el inmigrante negro oriundo de África, que busca la emancipación para el país colonizado en donde nació, hasta el homosexual que sólo desea vivir en libertad su propia sexualidad, pasando por el artista que usa su don para representar la realidad opresiva y la mujer rica que hace uso de su privilegio de clase y así apoya una causa común.
En suma, se visualiza de una manera contundente que, a pesar de que cada lucha puede ser individual, ante un enemigo en común, hay diferencias que se dejan a un lado. El resultado de Transatlántico es la unión que creó un frente de combate hacia la tan ansiada libertad.
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