El Gobierno israelí liderado por Benjamin Netanyahu avanzó esta semana en la construcción y reconocimiento de colonias en la Cisjordania ocupada, que los palestinos reclaman para fundar un Estado independiente, por lo que el número de viviendas instaladas ya alcanzan las 13.000 en lo que va del año, un número «récord» que casi triplica las de todo 2022 según informaron ONGs de Israel a Télam.
Luego de una nueva escalada de violencia durante la semana pasada en Cisjordania, Netanyahu aprobó el lunes planes para construir unas 5.700 viviendas en los territorios palestinos, que ocupa militarmente y con población civil.
Hace cuatro meses ya aprobó la promoción de 7.349 viviendas.
Según la ONG israelí Peace Now, se trata de una cifra «récord», dado que en menos de seis meses de 2023 se adelantaron planes para más de 13.000 viviendas frente a las más de 4.000 del año anterior.
«Es un récord, por lo menos desde que nosotros llevamos registros, o sea desde 2012», dijo a esta agencia el director de Relaciones Externas de la organización, Mauricio Lapchik.
La ONG, consultada internacionalmente por sus registros de los asentamientos, estimó además que se trata de una de las cifras más elevadas de los «últimos 30 años».
El ritmo al que se aprobó el plan indica además una aceleración de los procedimientos para impulsar nuevas construcciones en las colonias.
Mientras que en el pasado el proceso constaba de cerca de seis fases y podía durar uno o dos años, ahora las etapas y los plazos se redujeron.
Lapchik explicó que antes «en la mayoría de esas fases, el Ministerio de Defensa y el Gabinete podían dar su opinión diciendo si valía la pena avanzar con esos planes o esperar, dependiendo de la presión internacional o del tema de seguridad».
Sin embargo, el proceso de toma de decisiones y la posibilidad de incidir en ellas se acotaron desde febrero, cuando el primer ministro cumplió lo que le había prometido a sus aliados más extremos, que hoy forman parte de su coalición.
Como prenda para obtener apoyos que le permitieron formar Gobierno en diciembre, Netanyahu acordó transferirle al ministro de Finanzas, el líder colono del partido Sionismo Religioso, Bezalel Smotrich, parte de la administración civil de los territorios ocupados, tarea que cumplía el ministro de Defensa, Yoav Gallant.
«Todo el tiempo que las organizaciones teníamos para hacer presión, para pararlo, ahora no lo vamos a tener porque cuando Smotrich decida publicar un plan, el plan ya va a estar aprobado», aseguró Lapchik.
El nuevo rol de Smotrich abrió además un debate, en torno al derecho internacional, sobre si esta transferencia de funciones no supone una mayor pérdida de soberanía para los palestinos, ya que a la ocupación militar israelí se agrega el control civil de los territorios.
Peace Now criticó a la gestión de Netanyahu y aseguró después de su decisión del lunes que «está marchando en etapas forzadas hacia la anexión total de Cisjordania».
Además, mientras que los «israelíes colonos tienen un proceso determinado para aprobar planes de construcción, para los palestinos es mucho más difícil», comentó el representante de una de las ONGs más longevas, que luchan para que israelíes y palestinos tengan «una solución de dos Estados».
Puestos de avanzada
Los proyectos aprobados por el Consejo Superior de Planificación (HPC, sus siglas en inglés) de Israel incluyen la regularización de tres «puestos de avanzada».
Los puestos de avanzada son campamentos o asentamientos precarios que instalan colonos en Cisjordania como punto de partida para luego demandar al Estado israelí servicios básicos, y que pueden devenir en colonias legalizadas de forma retroactiva.
La noticia de la expansión de la colonización ilegal de Cisjordania amenaza con agravar uno de los periodos más violentos en años entre israelíes y palestinos, con casi 200 muertos, en su mayoría palestinos, en lo que va del año.
La violencia ya se había desbocado en 2022, pero creció con el Gobierno de la alianza de partidos nacionalistas, religiosos y procolonias, considerado el más derechista de la historia de Israel.
Netanyahu ya había anunciado la semana pasada la expansión de Eli luego de que palestinos mataran a cuatro colonos del asentamiento en un ataque a tiros en una estación de servicio cercana.
«Nuestra respuesta al terror es golpearlo con fuerza y construir nuestro país», dijo ese día en un comunicado.
En represalia, colonos prendieron fuego a propiedades y autos en la localidad palestina de Turmus Ayya.
El ataque a los colonos de Eli llegó horas después de que soldados israelíes mataran a siete palestinos en una incursión al campamento de refugiados de Jenín, en el norte de Cisjordania.
«La violencia extrema que hemos visto en Cisjordania la semana pasada forma parte de una política, la política de ocupación, opresión y apartheid», dijo a esta agencia Ziv Stahl, directora ejecutiva de Yesh Din, una ONG israelí de derechos humanos que trabaja en los territorios palestinos ocupados.
El concepto de «apartheid» es utilizado en los informes de organizaciones internacionales como Amnistía Internacional (AI) y Human Right Watch (HRW), así como por ONGs palestinas e israelíes, para definir la política que impulsa Tel Aviv hacia los palestinos y los árabes israelíes.
«La violencia de los colonos es percibida por el Gobierno israelí como una herramienta útil para oprimir a los palestinos y apoderarse de sus tierras. Las autoridades están dando coletazos a la violencia al permitir que los agresores hagan lo que les plazca, dándoles protección militar, así como mediante la falta de aplicación de la ley en los ataques y las construcciones ilegales», dijo Stahl.
La semana pasada, colonos israelíes entraron en el puesto avanzado de Evyatar, que estaba deshabitado y en poder de los militares.
En tanto, el líder colono titular del partido Poder Judío y ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, fue a Evyatar, exigió «colonizar la Tierra de Israel» y pidió «derribar edificios y eliminar terroristas».
Todas las colonias israelíes son consideradas ilegales por el derecho internacional.
Israel hace la diferencia entre los asentamientos con el visto bueno de las autoridades y los llamados puestos de avanzada o «salvajes», establecidos sin el permiso del Gobierno.
En marzo, la Knesset o Parlamento israelí derogó una ley de 2005 que prohibió la instalación de colonias en unas zonas de Cisjordania que habían sido desalojadas por el Gobierno israelí.
La directora de Yesh Din pidió «a la comunidad internacional que intervenga inmediatamente para proteger a los ciudadanos palestinos», que, según estimó, «Israel descuida en su protección».
El mismo día del anuncio de Netanyahu, el Gobierno demócrata de Estados Unidos informó que dejará de financiar la investigación en instituciones académicas israelíes en Cisjordania.
De esa forma, revirtió una medida del expresidente republicano Donald Trump, que cuestionaba el consenso internacional de que Israel ocupa ilegalmente Cisjordania y Jerusalén este desde la Guerra de los Seis Días de 1967.
Sin embargo, ninguna de esas medidas tuvieron efecto hasta el momento.
Los palestinos reclaman esos territorios para fundar allí su ansiado Estado independiente.
Unos 475.000 judíos residen en asentamientos en Cisjordania, entre 2,9 millones de palestinos.
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