César Lerner, quien desde hace cuatro décadas sostiene una dupla musical con Marcelo Moguilevsky, considera que el nuevo proyecto en torno a “Tish”, un ancestral ritual judío de encuentro mediante el canto y la pulsión rítmica en las mesas, que se estrenará el próximo jueves en Bebop Club, llega para “desandar este canibalismo capitalista, esta pérdida de lo comunal como inspiración”.
“No desconozco que, algo del momento que nuestro país y el planeta entero viven, nos demanda como artistas dar respuesta de esta manera: construyendo a partir de escuchar nuestras voces aunadas”, postula Lerner durante una entrevista con Télam.
Desde una perspectiva vecina pero más íntima, Moguilevsky apunta que «a ese concepto lo extendería también a, como se dice vulgarmente, bajarse del poni, ser y estar con los que vienen a escucharnos”.
El dúo Lerner & Moguilevsky busca retomar la herencia de las bandas klezmer
Es que la puesta de “Tish”, cuyo estreno está previsto para el jueves 17 desde las 20 en Bebop Club, incluye la invitación a que el público asistente sea protagonista de la puesta sonora.
De cara a esa presentación en la porteña sala sita en Uriarte 1658, el pianista, acordeonista, percusionista y compositor Lerner comenta que “este ritual, proveniente del Jasidismo, reúne a las personas alrededor de una mesa, para cantar y percutir en ella. Nosotros tomamos esta idea para proponer un concierto donde el público es invitado a incluirse con su voz, su cuerpo”.
El vientista y autor Moguilevsky completa en charla con Télam que la propuesta, como en cada uno de sus trabajos, “tiene un lugar para que cada quien se lleve algo de la experiencia, que tendrá mucho argento, muchas músicas del mundo, mucho judío, pero por sobre todo mucho nuestro”.
Seis discos
Con una fórmula largamente amasada en encuentros y recitales, que acompañó el laureado desarrollo individual de cada artista en otros proyectos solistas y grupales, grabaron seis álbumes: “Klezmer en Buenos Aires” (1997), con “Basavilbaso” (1999), “Shtil” (2001), “Sobreviviente” (2003, en vivo en el templo Libertad), “Alef Bet” (2007) y “Sefarad” (2017).
El dúo Lerner & Moguilevsky, formado para retomar la herencia de las bandas klezmer de generaciones anteriores, incorporó la improvisación y añadió elementos del folclore, el jazz, la música contemporánea, la electrónica y el tango.
Tras el estreno de “Tish” con su carga de comunión, ancestralidad y apuntes sonoros tecnológicos, el binomio (con un pasado común, ya que ambos provienen de abuelos rusos y polacos que emigraron a la Argentina a principios de siglo XX), habrá un segundo concierto local en el CAFF (previsto para el 12 de noviembre) y luego una gira de lanzamiento por ciudades de Estados Unidos.
Télam: ¿Es el concepto en torno a “Tish” el que los convoca a reunirse de nuevo?
César Lerner: “Tish” es la forma que adquiere nuestra búsqueda del último tiempo como dúo, relacionada a lo contemplativo, a la trama colectiva.
Marcelo Moguilevsky: Nuestra relación no tiene fecha de vencimiento. Nos conocimos hace mas de 40 años y hemos transitado juntos todas las etapas de la vida. Hemos estudiado juntos, hemos viajado por el mundo con nuestra música, hicimos discos en distintas etapas, hemos sido padres, hemos enterrado a nuestros progenitores, y creo que no necesitamos excusas para unirnos porque ya lo estamos de manera fraternal. La música nos convoca otra vez a la curiosidad, a la aventura. La tarea del artista es intentar un lugar en este mundo que nos permita estar con los demás, crecer con los otros desde nuestra singularidad.
T: ¿Qué pueden contar acerca de ese ritual y del modo en el que ustedes lo traen al presente?
CL: Los cantos no necesariamente son de la tradición judía, muchos están compuestos especialmente para este proyecto por nosotros. Pero sí, por supuesto, tienen una cualidad que los hace sencillos para ser aprendidos, intuidos, es como unirse a un cauce de un río, a una procesión, algo que es para todos.
MM: Por ahí lo más fuerte es que cada tanto miramos algunos valiosos aspectos de la cultura y tradición judías y le damos una vuelta de rosca ya que ninguno de los dos profesa la ortodoxia, sino que revela en nosotros nuestros propios valores. El Tish no incluye a la mujer y es en su origen religioso. Para nosotros es casi lo opuesto en estos aspectos. Todxs están incluidxs, laicos y religiosos, superando lo binario hegemónico. En donde sin duda se juntan el Tish tradicional y el nuestro es en la búsqueda de lo espiritual, lo colectivo y el canto.
T: ¿Este nuevo encuentro ratifica que Lerner & Moguilevsky seguirá funcionando cada vez que aparezca una buena idea que justifique la aventura compartida?
CL: No tengo dudas a juzgar por nuestro entusiasmo de cada ensayo.
MM: Nunca dejamos de estar juntos. Por ahí se nos escuchó más en el exterior que aquí, pero siempre haciendo lo nuestro, sin parar.
T: ¿Puede pensarse como un gesto de libertad el poner a conversar la tradición de un pueblo con otras texturas y sonoridades?
CL: Llegando a los 60 años esta conversación entre lo que uno heredó con lo que uno elige tomar y recrear, cómo, qué paisajes traer, qué imaginario proponer a nuestro público, es ya y definitivamente nuestra forma identitaria.
MM: Si pensáramos en excluir nuestros gustos profundos para lograr algo puro seríamos hipócritas o al menos muy parciales. Llegaremos con todo lo que nos ha hecho bien en la música, o el arte en general, con Yupanqui, Pugliese, Beatles, Stravinski, Pina Bauch, Tadeus Kantor. Las músicas de películas que hizo Cesar y su experiencia con el cine, las músicas que yo hago en Buey solo (mi concierto solista con los loops), todo puede acompañar este sueño, sin censura, sin miedo. Esa sería la libertad a la que nos arrimamos después de tanto hecho.
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